
Provocar de manera espontánea la risa es una de las cosas más importantes a tener en cuenta si queremos que un niño (o adulto) disfrute con nuestra historia o ilustración. Si nos ponemos a pensar, las cosas que recordamos con más facilidad son las que nos hacen gracia y son estas también las que acabamos compartiendo con los amigos.
La risa nos hace ser más felices.
Pero cuando hablo de humor en la ilustración infantil no me refiero a dibujar un niño sonriendo, no. Hablo de un humor “estratégico”, un humor construido de manera inteligente para abordar al espectador y hacerlo sonreír o incluso hacer que se ría a carcajadas.
¿Cómo se consigue este efecto?
Hay muchas claves distintas para conseguirlo, hacer que las personas actúen como los animales, los animales como personas, hacer que los personajes hagan cosas que nunca imaginaríamos, actuando totalmente diferente a lo esperado, exagerar algunas cosas o acciones, hablar de temas que de por sí hacen gracia (caídas, torpezas, cacas, pedos)...pero ante todo: utilizar nuestra imaginación, cerrar los ojos, pensar qué nos haría reír si fuésemos niños ¡y ponernos manos a la obra!
Aquí os dejo algunos ejemplos:
CONJUGAR CON HUMOR EL TEXTO Y SU ILUSTRACIÓN



ANIMALES QUE ACTÚAN COMO PERSONAS




PERSONAS QUE ACTÚAN COMO ANIMALES
ACTUAR DE MANERA DIFERENTE A LO ESPERADO
Satoshi Kitamura
(en "cuando los borregos no pueden dormir" ilustración de un borrego mirando cuadros para poder dormir, en esos cuadros están el resto de ilustraciones del mismo cuento)


EXAGERAR UN ELEMENTO,UNA ACTITUD O UNA ACCIÓN


ENFOCAR CON HUMOR LOS MIEDOS


DESCUBRIR UNA CARACTERÍSTICA COMÚN ENTRE DOS Y APROVECHARLA
EXPLICAR UNA ACCIÓN SIMPÁTICA EN VARIOS PASOS
Y, cómo no....no podían faltar los TEMAS ESCATOLÓGICOS O OTROS PUDOROSOS
(CACA, PEDO, PIS, ERUCTOS, MALOS OLORES, VELLO CORPORAL)
Werner Holzwarth



